No hay nada más tradicional dentro de la repostería británica como el "Christmas Pudding". El día de Navidad no sería lo mismo sin uno en la mesa. Suele servirse con crema de mantequilla al ron, al brandy, crema de limón...

Hay infinidad de recetas para elaborarlo, muchas de ellas traspasadas de generación en generación.

El "Christmas Pudding" suele elaborarse con bastante tiempo de antelación (dos o hasta tres meses antes del día de Navidad), luego y cada cierto tiempo, debe "emborracharse" (o como dicen los británicos "alimentarse") con algún licor para que todos los sabores se desarrollen.

La receta que vamos a realizar tiene ligeras variaciones respecto a la que aprendí a realizar en Inglaterra. La grasa de riñón de buey es sustituida por mantequilla, algunas pasas por orejones de albaricoque y ciruelas pasas, la melaza negra por miel...

Ingredientes:

Elaboración:

En un bol ponemos a macerar las sultanas, las uvas pasas, los higos, los orejones, las ciruelas y las frutas escarchadas (los orejones, las ciruelas y los higos troceados), las nueces, la piel y el zumo de la naranja, la piel del limón, la cerveza y el brandy. Lo dejamos reposar entre 24-48 horas en un lugar fresco.

El siguiente paso es mezclar el resto de los ingredientes en otro bol. Echamos el huevo batido y las frutas maceradas. Mezclamos bien hasta  que todos los ingredientes se integren en la masa.


Engrasamos un molde para pudding y echamos la mezcla en el interior. Estas cantidades nos dan para un molde de aproximadamente un litro de capacidad. Yo utilicé tres pequeños.



Tapamos los moldes con papel sulfurizado y luego con papel de aluminio. Ajustamos bien el papel de aluminio y atamos con hilo de cocina para evitar que entre vapor.



Cocemos al vapor durante 4-6 horas en función del tamaño del molde. Si fuese necesario añadiríamos más agua. Decir que estos "Christmas Pudding" debido a su tamaño, estuvieron listos en 4  horas y media.


Dos de ellos los cubrí con film transparente para comprobar si el resultado era el mismo. Por precaución también los até con hilo.


El resultado obtenido con el film transparente fue igual de bueno que cerrando el pudding con papel de aluminio.


Una vez cocido, este es el resultado:


Su aspecto para nada hace justicia al sabor y aromas que desprende.


Ahora tapamos otra vez con papel limpio y con film transparente. Guardamos en un lugar fresco y como ya indiqué anteriormente, debemos emborracharlo con un poco de licor para que sus aromas maduren y se desarrollen con plenitud.
El día de Navidad, volvemos a calentarlo otra vez pero durante sólo una hora. Retiramos los papeles que lo cubren y lo desmoldamos. Lo servimos con la crema de nuestra elección.
Es muy típico en el momento de llevarlo a la mesa, flambearlo con un poco de brandy.
El día que nos toque degustarlo no me olvidaré de sacar unas fotos para colgarlas y que podáis ver su resultado final.